.
.
4 min. de lectura
Logro y éxito personal
¿Qué es un logro?
Logro es la satisfacción alcanzada por haber conseguido una meta previamente establecida, de manera individual o grupal.
La satisfacción de logro a la que nos referimos no se trata de adquirir algo a través de la suerte o del azar, ya que para que realmente exista “sentido de logro” es necesario que el objeto logrado vaya precedido de un plan de acción establecido y que una serie de actividades concluyan con la consecución de la meta u objetivo deseado.
El logro y el círculo cerebral del placer
El llamado círculo cerebral del placer está formado por una serie de pequeñas zonas del cerebro donde se acumula mayor cantidad de dopamina. Esta zona se pone en movimiento cuando recibimos estímulos que nos producen placer: hacer deporte, comer chocolate, el sexo, practicar un hobbie, una comida de altas calorías y también ayudar a los demás, todo esto permite obtener la sensación de logro en la realización de un esfuerzo que apunta a un final feliz por la consecución del objetivo deseado.
Nuestro objetivo es progresar, no ser perfectos. Se necesita tiempo, constancia y repetición para cambiar los viejos pensamientos y hábitos.
La ciencia reconoce el sistema cerebral de recompensa, una actividad que garantiza nuestra supervivencia. En su parte menos positiva, la búsqueda del placer de manera antinatural conduce a algunas personas a consumir drogas estimulantes del cerebro que generan sentido de placer en un corto tiempo, provocando la afectación neuronal subsiguiente.
En el caso del sentido de logro el placer que se obtiene es muy alto cuando se recibe la “recompensa”, es decir, la evidencia del producto final de que el logro se ha consumado. Ejemplo: es momento de alta satisfacción cuando sacamos el coche nuevo de la agencia, cuando recibimos el título universitario, cuando concluimos el quinto libro leído en mayo habiendo cubierto el deseo de la lectura de un libro mensual en enero o la recepción de monto de la factura por la consumación del negocio que aspirábamos.
En el proceso hacia el logro, no todo lo que sucede son momentos satisfactorios, los obstáculos implícitos para su consumación y para la obtención de la recompensa final, pueden producir en la persona estados de alta tensión, de grandes esfuerzos, incluso sacrificios y pérdidas momentáneas, que en sí mismos, a menudo constituyen detonadores para el posible abandono del objetivo.
Cuántas veces hemos vivido la experiencia de iniciar muy emocionados y con altas expectativas un proyecto y al cabo del tiempo, ante los obstáculos aparecidos, mejor decidimos abortarlo antes de encontrar la manera de saltar los obstáculos aparecidos. ¿Qué hace, qué sucede en nosotros que haga la diferencia entre abandonar la consecución de un fin deseado a invertir todo el esfuerzo que haga falta para finalmente lograrlo? La respuesta es sencilla y compleja a la vez y se llama motivación.
Te recomendamos: La importancia de la motivación en el trabajo
Crea una visión tan clara que tus miedos se vuelvan irrelevantes. Una gran visión genera excitación y momentum.
La motivación hace la diferencia
La búsqueda de la satisfacción y la obtención de logros son factores esenciales para la realización personal. Nos valoramos a nosotros mismos y obtenemos una sana autoimagen por medio de los desafíos, superación de obstáculos y realización de las metas en las que apostamos. La diferencia entre los sentidos de “logro” y “placer” está en que la sensación de logro es duradera y permanece en el tiempo, porque implica la superación consciente de muchos obstáculos de los cuales nos sentimos orgullosos de haber conseguido. Son el resultado del “vivir completo del ser humano”, es la manifestación del “yo” en todo su potencial, porque la sensación de logro integra todo lo que somos. El placer es una sensación momentánea que sólo involucra una parte del ser, que perece al poco tiempo y en la mayoría de los casos no deja huella.
Motivación significa «motivo para la acción», procede del latín “motivus”: “causa que produce movimiento”. El punto de partida está en descubrir los motivos o causas que despiertan el movimiento productor de acción y seguidamente ponerla en marcha. Sólo desde la acción se logran resultados, sólo desde el logro de resultados se afianza la realización personal y profesional de los individuos.
¿Qué puedes utilizar para convertirte en la persona que te diferenciará del resto del grupo?
La motivación es una fuerza interna que nos impulsa a realizar acciones y a mantener la actividad en el tiempo para el logro de nuestras metas. La fuerza interna que nos mueve hacia la acción es muy personal. Las razones para hacerlo y la motivación para lograrlo es un proceso totalmente individual. Existen dos tipos de motivaciones:
- Motivación extrínseca
Las razones para ponernos en acción las encontramos fuera de nosotros, en el entorno. Surgen cuando se observa la posibilidad de obtener una recompensa tangible, premio o aprobación por el desempeño de una tarea o actividad. Ejemplo: trabajar por un salario o estudiar para obtener un título. Los efectos de la motivación extrínseca son limitados en tiempo y espacio.
- Motivación intrínseca
Parte desde el interior de la persona, es voluntaria y no precisa de un incentivo externo. Busca la autorrealización y el desarrollo personal. La sola ejecución de la tarea es la recompensa en sí misma. Ejemplo: la experiencia de un viaje, el gusto por aprender o la ayuda comunitaria.
Despertar la motivación es conectar con nuestros deseos, sueños, pasiones, intereses, necesidades y aspiraciones más profundos.
Despertamos la motivación cuando reconocemos lo que tiene sentido para nosotros y donde vale la pena poner esfuerzo y dedicación. Porque cuando eso es posible, el esfuerzo y los obstáculos inherentes al logro del resultado que queremos obtener serán parte del “goce existencial” que nos acerca hacia una posición superior de nuestra valía: nuestro carácter y nuestro prestigio personal, fortalecido en el objetivo primordial de “alcanzar a ser lo mejor de nosotros mismos”.
Entradas Recientes