¿Qué es el Gobierno Corporativo y para qué sirve?

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¿Qué es el Gobierno Corporativo y para qué sirve?

El gobierno corporativo, consiste principalmente en el sistema de pesos y contrapesos establecido en una empresa, buscando la estandarización y transparencia de la información, así como la democratización y el apuntalamiento de los medios establecidos para la toma de decisiones. El gobierno corporativo se instrumenta a través de normas y prácticas, que se refieren a las estructuras y procesos para la dirección de las compañías, por el cual, un consejo de administración asegura la rendición de cuentas, la equidad y la transparencia en la relación de una empresa con sus todas las partes interesadas: la junta directiva, los accionistas, clientes, empleados, gobierno y la comunidad.

Una destacada función en la que se orienta el Gobierno Corporativo es la transparencia, puesto que a través de la misma se logran múltiples beneficios que van desde la generación de ahorros, obtención de información fidedigna y procesos para la toma de decisiones de compra de insumos, realización de inversiones, etcétera, lo mismo que contar con estados financieros y documentos de trabajo adecuados para su presentación al consejo de administración. Otro elemento fundamental es la confianza, ya que la rendición de cuentas y generación de información estandarizada permite a los accionistas compenetrarse más con su gerencia, y a su vez alcanzar una mayor fluidez en la ejecución de negocios.

Los principales objetivos que un Gobierno Corporativo persigue son:

  • Optimizar la creación de valor a los Inversionistas.
  • Asegurar la permanencia de la empresa y la optimización de sus operaciones mediante la autorización de sus estrategias generales y la supervisión para el cumplimiento de las mismas.
  • Controlar y supervisar tanto el desempeño de la empresa, como sus principales riesgos.
  • Asegurar transparencia en las actividades desarrolladas por la empresa.
  • Disponer y operar un eficiente sistema de control interno a través de la autorización de políticas y normas administrativas de observancia general.
  • Fortalecer la confianza en la empresa por parte de los inversionistas actuales y potenciales, de los organismos regulatorios, entre otros.

Se considera que un buen modelo de gobierno corporativo contiene como principios básicos los siguientes:

  • El trato igualitario y la protección de los intereses de todos los accionistas.
  • El reconocimiento de la existencia de terceros interesados en el buen desempeño, la estabilidad y la permanencia en el tiempo de la sociedad.
  • La emisión y revelación responsable de la información, así como la transparencia en la administración.
  • El aseguramiento de que exista la visión estratégica de la sociedad, así como la vigilancia y el efectivo desempeño de la administración.
  • El ejercicio de la responsabilidad fiduciaria del Consejo de Administración.
  • La identificación, la administración, el control y la revelación de los riesgos a los que está sujeta la sociedad.
  • La declaración de principios éticos y de responsabilidad social empresarial.
  • La prevención de operaciones ilícitas y conflictos de interés.
  • La revelación de hechos indebidos y la protección a los informantes.
  • El cumplimiento de las distintas regulaciones a las que esté sujeta la sociedad.
  • El dar certidumbre y confianza a los inversionistas y a terceros interesados sobre la conducción honesta y responsable de los negocios de la sociedad.

Todos los principios anteriores, aún cuando están declarados como recomendaciones por parte del código, son en realidad principios éticos rectores que cualquier administrador de una sociedad, profesional y responsable, debe tener en cuenta a la hora de dirigir los negocios y actividades de la misma.

A parte de los accionistas, los terceros interesados en una sociedad, sus grupos de interés, desde los empleados, proveedores, prestamistas, acreedores y por supuesto los clientes están interesados en que la empresa sea conducida por principios éticos que protejan sus intereses, no sólo los de los accionistas o administradores.

El Gobierno Corporativo y su rol en la ética de la empresa

Experiencias recientes en el ámbito internacional y local demuestran que el comportamiento ético de una empresa puede ser institucionalmente reforzado y preservado a través de la implantación de códigos de “buenas prácticas de gobierno corporativo”. Estas prácticas emanan del cumplimiento de disposiciones estatutarias y reglamentarias orientadas a crear instancias de gobierno, cuyo objetivo es elevar el nivel de transparencia, “accountability” y ética en las empresas.

Estas normas de funcionamiento suelen estar basadas en los siguientes principios:

Equilibrio y contrapeso de poderes: las funciones y atribuciones de los tres pilares fundamentales del gobierno de una empresa (asamblea de accionistas, junta directiva y gerencia ejecutiva) se definen y diferencian de una manera clara y precisa.

  • La junta directiva, por mandato de la asamblea, asume la tarea de ejercer la máxima dirección y se reserva las funciones básicas de direccionamiento estratégico, establecimiento de políticas macro, control y supervisión.
  • La gestión del negocio es delegada en el cuerpo ejecutivo, quien rinde cuentas a la junta directiva y ésta, a su vez, a la asamblea de accionistas.

Fortalecimiento de la capacidad de control por parte de la junta directiva, mediante una presencia determinante de directores independientes y la constitución de comités de control en áreas críticas como auditoría, remuneraciones y reclutamiento del alto nivel gerencial, gestión integral de riesgos, etc.

Establecimiento de códigos de ética, con especial énfasis en la transparencia y en la rendición de cuentas. Deben quedar claramente establecidos los derechos y deberes de los directores, los conflictos de interés y los mecanismos de su resolución.

Estudios comparativos demuestran que las empresas con altos estándares éticos y buenas prácticas de gobierno corporativo son más rentables y sustentables. Concretamente, la investigación de Collins y Porras en su libro Built to Last (1994) destaca que las empresas de muy larga sobrevivencia tienen en común la adopción de un claro conjunto de valores, una cultura de servicio orientada al bien común y una alta conciencia social.

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