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El propósito de la vida
“Creo que de una manera u otra, aprendemos quiénes
somos realmente y luego vivimos con esa decisión.”
Eleanor Roosevel
¿Cuál es mi objetivo en la vida? ¿Para qué me estoy esforzando? ¿Cuál es mi propósito o fin último?. Son preguntas que todo individuo se plantea alguna vez en la vida, a veces con actitud serena y meditativa, otras, sumido en la incertidumbre o desesperación.
Estas preguntas son universales y atemporales, todos los hombres desde que la humanidad existe nos hemos hecho estas preguntas. Estas preguntas son existenciales y cada individuo encuentra su propia respuesta.
«Los dos días más importantes de tu vida son el día en el que naces y el día en el que descubres por qué.»
-Mark Twain
Hace ya algunos años el filósofo estadounidense Charles William Morris realizó una investigación de campo donde investigó objetivamente las orientaciones vitales que preferían los estudiantes de seis países diferentes: India, China, Japón, Estados Unidos, Canadá y Noruega.
Por medio de un análisis factorial de la información recabada, determinó las dimensiones de valor implícitas que parecían determinar los miles de preferencias individuales.
Se pusieron de manifiesto cinco dimensiones que, combinadas de manera positiva o negativa, parecen ser responsables de las elecciones individuales:
- La preferencia por una participación en la vida responsable, moral y auto restringida, que aprecia y procura conservar lo que el hombre ha logrado.
- La lucha por superar los obstáculos que se presentan. Implica una confiada aceptación al cambio, tanto en lo que respecta a la resolución de los problemas personales como a la superación de los obstáculos que presenta el mundo natural.
- Vida interior autosuficiente y de una rica autopercepción. El individuo renuncia al control de las personas y cosas, a favor de una comprensión profunda y simpática de sí mismo y de los demás.
- Receptividad hacia las personas y la naturaleza. La inspiración, que se considera como algo que procede de una fuente externa, ajena a sí mismo, la persona vive y se desarrolla respondiendo devotamente a esta fuente.
- El placer sensitivo. El goce por uno mismo. Se ofrecen valor a los placeres más simples de la vida, el abandono a los requerimientos del mundo, la actitud libre y abierta hacia la vida.
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