El rol del Director en la Ética de la empresa

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El rol del Director en la Ética de la empresa

Como dice Felipe González y González, en su artículo “Generar Valor: Obligación del Gobierno Corporativo”, “…problemas como el de Enron no se resuelven elaborando interminables códigos éticos. Hay algo mucho más radical: querer cumplir con el deber”.

La ética consiste en “el estudio de los actos humanos en cuanto a si son o no morales y por lo tanto conforme al verdadero bien de la naturaleza del hombre y a su fin último y felicidad”. Por lo tanto, cuando el hombre se cuestiona sus propios actos y racionaliza con base en qué principios los está llevando a cabo, está viviendo la ética.

“La ética no es un destino final, como una meta a alcanzar, sino como una forma de vivir y de conducirnos, una guía de principios para actuar de acuerdo a valores esenciales y absolutos”

Es imposible considerar que una organización llegará a ser 100% ética en algún momento de su historia. Sin importar los lineamientos y códigos establecidos, las personas actuamos todos los días movidos por intereses que surgen de acuerdo con situaciones presentes. Los dilemas éticos surgirán constantemente, y será necesario replantearnos los valores que nos están guiando en nuestras decisiones.

Para lograrlo es fundamental resaltar cuatro elementos

1.El ejemplo y el compromiso de los líderes de la organización. El ejemplo arrastra, y no hay mejor manera de guiar a una organización que viviendo en primera persona aquello que se desea promover en otros, por difícil que sea.

2.La educación constante de la organización. En gran medida, gobernar es educar. Educar es sacar de adentro. La acción de gobierno consiste en lo mismo, si queremos obtener riqueza es necesario sacar lo mejor de cada uno, empezando por uno mismo. El líder se educa a sí mismo, pero debe también promover educación y formas de comportamiento en otros. No se logra por decreto, la educación es un proceso lento, constante, congruente y apoyado con la intención.

3.Estructuras de soporte y alineación de esfuerzos. Contar con procesos, políticas, lineamientos y formas de trabajo congruentes con los principios que deseamos promover es fundamental. Esto dará soporte y certidumbre a la organización, así como elementos de medición y corrección para mejorar. Dará certeza también a accionistas, clientes, proveedores. El Código de Ética es uno de los elementos fundamentales en este esfuerzo, pero no debe de ser el único. Por otro lado, es igualmente importante asegurar que los proyectos que la organización decida emprender y apoyar estén fundamentados en los mismos principios que decimos defender.

4.Comunicación constante y congruente. El esfuerzo de orientar a la organización hacia la conducta ética debe de formar parte de la comunicación diaria y cotidiana. Tanto en conversaciones de negociación con proveedores, en nuestras propuestas a futuros clientes, en el servicio que se le otorga diariamente a nuestros clientes actuales, en la retroalimentación a un colaborador, en nuestra conversación con el equipo, debe de ser siempre un tema vivo y presente.La comunicación contribuye a la alineación y a la educación, y permite elaborar mensajes claros y congruentes.

La responsabilidad del Director

“Formar directivos. Formar formadores. En el fondo, es lo mismo. El directivo conduce personas para la acción, para cambiar la realidad. Hace hacer. Manda, dirige, forma. De ahí su responsabilidad: debe obtener resultados, pero no él, sino todo el equipo humano que es la empresa. Un equipo que quizá él no ha formado, que sí debe reformar. Por eso formar directivos es formar personas conscientes de su responsabilidad como formadores, porque son ellos los que están creando las condiciones en que sus subordinados se desarrollarán, como profesionales y como personas”.
Antonio. Editorial Revista del IESE. No. 51,
3er trimestre 1993, p.1.

El director de empresa no sólo es responsable de los bienes materiales que genera la empresa, sino de las personas que ahí trabajan. Su responsabilidad adquiere por lo tanto una dimensión humana y social. La globalización hace que su responsabilidad se vuelva aún mayor puesto que el radio de influencia de sus decisiones puede impactar en miles, millones de personas, incluso en una nación entera. Es por ello que el empresario, el director, debe de ser consciente de la trascendencia de sus decisiones y de su actuar.

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